El aislamiento térmico de las construcciones modulares suelen ser paneles, tipo sándwich, los cuales resuelven en relativa medida la transmisión de temperaturas del exterior al interior. En la mayoría de los casos, la climatización se resuelve mediante aparatos eléctricos de calefacción y refrigeración, lo cual representa un añadido a la propia construcción y un aspecto negativo en cuanto el consumo energético.
Esta propuesta emplea un sistema de cerramiento variable que se adapta, mediante medios naturales, a las temperaturas externas, sin tener necesidad de recurrir, salvo en condiciones extremas, a aparatos eléctricos de climatización, por lo cual representa un aporte a la sostenibilidad de los recursos y al ahorro energético.
El sistema consiste en un doble cerramiento, uno interior (10) y otro exterior (11), y en medio una cámara de aire (12) que puede ser ventilada o estanca a voluntad mediante unos postigos (aletas abatibles) ubicados en las cantoneras de los módulos (13). Cuando los postigos están abiertos (en situación de calor), permiten abrir un circuito de ventilación de aire que corre por las cámaras y el interior de los módulos, refrigerando la construcción y su interior. Cuando los postigos se cierran (en situación de frío), cortan el circuito y aíslan doblemente el interior (figuras 9, 10 y 11).
Es de anotar que los nudos y la estructura secundaria presenta perforaciones que contribuyen al paso de la corriente eólica.
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